Pueblo malecu, Costa Rica
En Costa Rica habitan los ocho pueblos indígenas boruca o brunca, bribri, brorán o térraba, cabécar, chorotega, huetar, maleku o guatuso y ngäbe que, según el censo de 2011, constituyen el 2,4 % de la población total del país.
De estos, el 34,5 % viven en los 24 territorios indígenas que ocupan un 6,7 % del territorio saber: Matambú, Zapatón, Quitirrisí, Guatuso, China Kichá, Telire, Talamanca Bribri, Talamanca Cabécar, Keköldi, Nairi Awari, Bajo Chirripó, Alto Chirripó, Ujarrás, Salitre, Cabagra, Térraba, Boruca, Rey Curré, Coto Brus, Altos de San Antonio, ConteBurica, Abrojo Montezuma, Alto Laguna de Osa y Tayní.
En este mapa puede verse la ubicación de los pueblos y territorios.
El territorio indígena Maleku, perteneciente al pueblo del mismo nombre, se ubica en el Cantón de Guatuso, cuenca del Río Frio, distrito de San Rafael, Provincia de Alajuela, se encuentra conformada por las comunidades de Palenque Margarita, Palenque El Sol, Palenque Tonjibe y La Palmera.
Su territorio ancestral está delimitado por los ríos que atraviesan los actuales municipios de Guatuso, Los Chiles y Upala, así como los distritos de Venado y Monterrey, en el municipio de San Carlos.
El territorio demarcado actualmente tiene una extensión de apenas 2934 hectáreas, ubicado entre los ríos El Sol, La Muerte y La Cucaracha, en el distrito de San Rafael de Guatuso, que es atravesado en el eje norte-sur por la carretera nacional conocida como Corredor Noratlántico desde 1983.
Esta demarcación fue creada en 1976 por decreto presidencial y posteriormente confirmado a través de la Ley Indígena en 1977, en apego a la previa ratificación en 1959 del Convenio 107 de la Organización Internacional del Trabajo.
En ese territorio, más del 60% aún se encuentra en manos de personas no indígenas, lo cual quiere decir que se llevó a cabo un reconocimiento como tal, pero en la práctica estas tierras aún no están en manos de los Maleku.
La extensión reconocida contrasta con el territorio histórico Maleku que, según las personas mayores y algunos estudiosos de la materia, comprendía un área mucho más allá de los establecido en el decreto.
El territorio ancestral del pueblo maleku tuvo una extensión aproximada de 100 mil hectáreas en la cuenca media y alta del río Frío o Ucúrinh, desde las nacientes de sus afluentes en la cordillera central de Costa Rica, hasta su desembocadura en el río San Juan o Ucúriqui tunh carráco en Nicaragua.
Los ancestros maleku alcanzaron a inicios de la década de 1860 una población de 1050 a 2040 habitantes, distribuidos desde diecisiete hasta veinte palenques a orillas de los ríos Chaníya (La Muerte), Tóje (Patastillo) y Aóre (Pataste), compuesto cada uno por al menos cuatro casas grandes que agrupaban en su interior hasta cinco núcleos familiares emparentados.
Los ancestros maleku desarrollaron un sistema de producción basado en la pesca, la caza, la recolección y el policultivo, integrados en la regeneración del bosque secundario, que se gestionaba desde sus palenques ajustándose a la temporada lluviosa anual de diez meses.
Los lugares de caza, de pesca, de descanso, de cultivos, de recolección de alimentos y de extracción vegetal, así como los lugares sagrados en la cordillera y en lagunas estacionales de Caño Negro conformaron su territorio histórico.
Este territorio ancestral imbricaba los espacios geográficos “caminados por los ancestros” o ni maráma ifácfanhéca, así como las “aguas navegadas por los ancestros” o ti putu maráma ifácfanhéca, que incluían trayectorias terrestres hasta el río Arenal o Ulhíjali en la cuenca del río San Carlos. Los ancestros maleku también realizaban recorridos de caza y de pesca navegando a lo largo del río Zapote o Murúnhe hasta su desembocadura con el lago Cocibolca o Murúnhe conh, según narraron colaboradores maleku.
Los espacios en el territorio ancestral se imbricaban a partir de sus lugares sagrados en las nacientes de los ríos tributarios del río Frío y en las lagunas de Caño Negro, donde residen de los principales tócu maráma. Estos seres espirituales habitan de forma subterránea las nacientes de los ríos, y es ahí donde acogen a los tócu lhonh maráma o espíritus de los antepasados que tuvieron una buena muerte -causada por enfermedad o vejez-, enterrados en su casa. Mientras que las personas fallecidas por accidentes o de forma violenta se consideraban responsables de su mala muerte, lo que les convertía en demonios, como consecuencia de una vida inmoral respecto de los mandatos del tócu, y eran enterrados en lugares restringidos.
La interacción de los maleku en las nacientes de los ríos se guiaba a partir de su espiritualidad, de sus prácticas de caza, de recolección y de pesca, que se vinculaban con el núcleo de su territorio ancestral en la parte media y alta de la cuenca del Ucúrinh.
Esto articulaba vastas trayectorias de lo caminado por los ancestros, ni maráma ifácfanhéca, y de ti putu maráma ifácfanhéca, lo navegado por los ancestros. El linaje de los maleku se organizaba en clanes, cuya pertenencia determinaba el uso de los lugares de caza y de pesca en los ríos y de los respectivos en sus nacientes. La asignación de estos sitios era un mandato del tócu principal de Nharíne cha conhe para los clanes habitantes de cada palenque, e implicaba el respeto entre clanes, así como la veneración al tócu del respectivo río (Constenla Umaña, 1999).
Pero el territorio ancestral maleku se transformó profundamente por la violencia sistemática de extractores de hule silvestre provenientes de Nicaragua a partir de 1860, quienes vendían a compañías norteamericanas el caucho para abastecer industrias en los Estados Unidos.
Fue así como los huleros accedieron al territorio maleku a través del río Frío, dejando una estela de muerte y destrucción por los enfrentamientos, asesinatos, violaciones a mujeres, así como la captura y esclavización de niños traficados hacia Nicaragua Las incursiones de los huleros en la cuenca de dicho río desencadenaron la violencia contra los maleku propagaron enfermedades infecciosas entre 1868 y 1899, acabando con hasta el 87% de la población maleku
Dicho proceso gestó las vulneraciones, tensiones, acuerdos y resistencias de los maleku en la ocupación de la pequeña porción de su territorio que fue demarcado por el Estado costarricense en 1976; se crearon así las restricciones de acceso a sus lugares sagrados en las áreas protegidas fundadas de manera inconsulta desde 1984, y se mostró la desprotección ambiental de las tierras despojadas por el avance de la colonización agrícola espontánea a lo largo del siglo XX.
El mapa siguiente muestra la ubicación de las comunidades Maleku a mediados del siglo XIX, con reseña de sus sitios de caza, pesca y lugares sagrados, según el mapa el territorio Maleku abarcaba un área aproximada de 1,100kilómetros cuadrados coincidiendo en gran parte con el área de la cuenca del río Frío.
El territorio maleku representado en el mapa siguiente incluye los principales espacios recorridos por los ancestros, tanto terrestres ni maráma ifácfanhéca, así como acuáticos ti putu maráma ifácfanhéca, según sus creencias, conocimientos y prácticas, especialmente de recolección, caza y de pesca.
El mapa muestra el área núcleo del territorio ancestral maleku, desde las nacientes de los afluentes del río Frío (Ucúrinh) al Sur en la cordillera en Costa Rica, hasta las cercanías de su desembocadura en el río San Juan (Ucúriqui tunh carráco) en Nicaragua.
Como puede notarse en el mapa siguiente, los bodes en rojo seguido muestran la extensión del territorio histórico, mientras que la extensión en rojo que incluye a las comunidades de Margarita, Tonjibe y El Sol muestra la extensión actual del territorio.
El territorio actual reconocido se muestra en el mapa siguiente:
En la actualidad y según el decreto mencionado la extensión del territorio reconocido abarca 2994 hectáreas, estando en un gran porcentaje en manos de personas no indígenas.
El siguiente cuadro brinda una aproximación a la situación de la tenencia de la tierra:
Territorio malecu |
Hs | % |
Área total del territorio reconocido | 2994 | 100% |
Cantidad en manos indígenas | 658,46 | 22% |
Cantidad en manos no indígenas | 2334 | 78% |
La relación del pueblo maleku con su territorio ancestral se ha gestado históricamente por sus experiencias durante los recorridos de caza y pesca, consideradas como las trayectorias que se articulan a partir de los lugares sagrados, habitados en el subsuelo por los tócu maráma y los tócu lhon maráma. En estos espacios lo sagrado es su continuidad e interconexión con la vida, con la cotidianidad.
En material organizativa, existen actualmente tres instancias de gran importancia en el territorio Maleku, cada una creada al amparo de instrumentos jurídicos reconocidos por el país:
Por una lado, las Asociaciones de Desarrollo Integrales Indígenas (ADII), que son las entidades representantes legales de los territorios indígenas y ejercen su administración una vez inscrita legalmente, por lo que tienen capacidad de representación judicial y extra judicial, según dispone el Decreto ejecutivo N° 8487, que reglamenta a la Ley Indígena 6172
“Artículo 3°-Para el ejercicio de los derechos y cumplimiento de las obligaciones a que se refiere el artículo 2° de la Ley Indígena, las Comunidades Indígenas adoptarán la organización prevista en la Ley No 3859 de la Dirección Nacional de Asociaciones de Desarrollo de la Comunidad y su Reglamento”.
“Artículo 5°-Las estructuras comunitarias tradicionales a que se refiere el artículo 4° de la Ley, operarán en el interior de las respectivas Comunidades; y las Asociaciones de Desarrollo, una vez inscritas legalmente, representarán judicial y extra judicialmente a dichas Comunidades”.
También existen los Consejos Locales de Educación Indígena cuya principal competencia es promover el cumplimiento de los objetivos de la educación indígena en el territorio respectivo con la potestad de ser consultado de manera obligatoria por parte de las autoridades educativas nacionales, regionales y circuitales del MEP.
Deben ser consultados de manera obligatoria en los procesos de nombramiento y reclutamiento de personal de los servicios educativos (Decreto No 37801-MEP de Reforma del Subsistema de Educación Indígena).
Artículo 15. Consejos Locales de Educación Indígena. En cada territorio indígena se conformará un Consejo Local de Educación Indígena, el cual tendrá como principal competencia promover el cumplimiento de los objetivos de la educación indígena en el territorio respectivo con la potestad de ser consultado de manera obligatoria por parte de las autoridades educativas nacionales, regionales y circuitales del MEP.
Además, debe mencionarse a la Instancia Territorial de Consulta Indígena que son la contraparte territorial indígena encargada de fungir como la interlocutora con el Gobierno de la República en cada territorio indígena, durante un proceso de Consulta Indígena determinado y para los fines específicos de la Consulta (Decreto N° 40932 – MP – MJP, que crea el Mecanismo General de Consulta a Pueblos Indígenas).
Artículo 21.- Instancias Territoriales de Consulta Indígena. Los pueblos indígenas crearán una Instancia Territorial de Consulta Indígena por territorio. Cada territorio tendrá la facultad de elegir dicha instancia según sus propias costumbres, criterios internos y de acuerdo con sus particularidades culturales. Dicha instancia será elegida por las personas indígenas del territorio en cuestión, a través de un proceso interno de decisión comunitaria y participativo, debidamente convocado. Sus funciones podrán ser delegadas en otras instancias legalmente establecidas o culturalmente reconocidas por el mismo pueblo indígena, si así lo decide la comunidad indígena. Este proceso, debe ser consignado mediante un acta la cual deberá ser presentada con la debida documentación ante la UTCI.
Las organizaciones representativas o autoridades tradicionales legalmente establecidas o culturalmente reconocidas por el mismo pueblo indígena, serán responsables de remitir sus datos semestralmente a la UTCI, con el fin de mantener una base de datos actualizada de las mismas.
La Instancia Territorial de Consulta Indígena cumple un rol de coordinación logístico y especializado en temas de Consulta Indígena y no sustituye los roles y funciones de otras organizaciones preexistentes.
Importa mencionar que en el territorio existen varias organizaciones sociales de gran relevancia como por ejemplo la Asociación de Mujeres Caronco y la Asociación de Mujeres Uniendo Comunidades para el Desarrollo de los Pueblos que se ocupan principalmente de la defensa de los derechos de las mujeres, así como impulsar proyectos productivos y de turismo; también el Grupo de Mayores del territorio Maleku que trabaja en los derechos de los pueblos indígenas en general.
Principales fuentes consultadas
- Barrantes Cartín, Lejano Diquís, EUNED – ICER, Costa Rica.2015.
- Chacón Castro, Pueblos Indígenas de Costa Rica: 10 años de jurisprudencia constitucional / Análisis y Compilación. OIT, Costa Rica, 2001.
- Instituto de Desarrollo Agrario Colaboración de ADI, CONAI, IDA, FODESAF y MIDEPLAN, Propuesta para recuperación de tierras en las reservas indígenas, Costa Rica, 2005.
- Instituto de Tierras y Colonización (ITCO) Estudios de comunidades indígenas: Boruca-Térraba, China Kichá., San José, Costa Rica.1964.
- Moreno, Silvia, Recuperación con igualdad de género y justicia climática., CLACSO Colección Becas de Investigación, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2023.
- Solís Aguilar, David, Etnografía socioespacial de las territorialidades históricas Maleku en Costa Rica, Relaciones Estudios de Historia y Sociedad, Costa Rica, 2022.
- Vargas Mena, Emilio, Los pueblos indígenas frente a la conservación moderna en Costa Rica (1970-2020) Colonización y resistencia, EDUPUC- Editorial Universidad Nacional, Costa Rica, 2023.
- Vargas Mena, Emilio, Pueblos indígenas contemporáneos en Costa Rica: construyendo sus derechos. Escuela de Historia Universidad Nacional, Costa Rica, 2020.